En el número 1954 de la revista Diez Minutos, correspondiente al 31 de enero de 1989, se publicaba una entrevista al famoso locutor radiofónico Antonio José Alés, conocido por su programa “Enigmas de Medianoche” y pionero de las Alertas OVNI. El histórico pionero de la divulgación del misterio en España, presentaba en dicha entrevista una sección que, a partir del número siguiente, publicaría semanalmente en Diez Minutos.
Tal y como ya denunciamos en EL OJO CRITICO número 0, en el transcurso de la citada entrevista, firmada por José María de Juana, Antonio José Ales hablaba de sus diferentes investigaciones en diferente campos del misterio, e ilustraban la interviú 5 fotografías del locutor, en su estudio de la Gran Vía madrileña.
Lo que nos llama la atención es una de esas fotos en la que Alés muestra a la cámara una “piedra del desierto con gusanos fosilizados”, que conserva en su colección privada.
A partir del número 1955, Alés comenzó a publicar en Diez Minutos la sección Casos Insólitos, en la que narraba los episodios más inquietantes que había encontrado en sus años de divulgador de lo paranormal e inexplicado. El 21 de marzo de 1989, Antonio Jose Alés publicaba, en dicha sección, una artículo titulado: “Escombros extraterrestres”, subtitulado “Restos de naves junto al Gran Dios Marciano”, en el cual aseguraba que cerca de Tassilli, y de las famosas pinturas de antropomorfos de cabezas redondas, se habían encontrado fósiles con “piezas mecánicas” y “tornillos”. Ilustran dicho artículo dos tres fotografias.
En una de ellas aparece el mismo Antonio José Ales sosteniendo exactamente la misma piedra que mostraba en la entrevista de Jose María de Juana, y que allí calificaba como “gusanos fosilizados”, solo que en esta ocasión el pie de foto afirma que se trata de “supuestas piezas mecánicas procedentes de naves espaciales”… ¿Por qué? ¿Por qué aquellos fósiles de gusanos se convierten en tornillos de naves extraterrestres en dos artículos publicados con solo dos meses de diferencia?
Manuel José Delgado ha publicado infinidad de artículos sobre los misterios de Egipto, y ha impartido cientos de conferencias, en las que enumera todos los misterios faraónicos que, a su juicio, sugieren una intervención extraterrestre o sobrenatural en el Egipto antiguo. Uno de los mas sorprendentes, según le he escuchado decir personalmente, es el Serapeum.
Este subterráneo, situado al norte del complejo de Zoser, descubierto por Mariette en 1850 presenta los espectaculares enterramientos de los bueyes sagrados, y, tal y como recoge Nacho Ares en su “Egipto Insólito” (Corona Boreales, 1999. Pag. 96), según Manuel Delgado los sarcófagos de los bueyes sagrados estaban “cerrados al vacío”. ¿Y como podían disponer los antiguos egipcios de una tecnología capaz de extraer el oxígeno de un ataúd precintándolo al vacío? ¿Demuestra ese “precintado al vacío” la intervención alienígena en el antiguo Egipto? La respuesta es rotunda. No.
Basta con dejar una vela encendida dentro del recinto y cerrarlo para que la llama consuma el oxígeno hasta apagarse. Una forma rápida de visualizar gráficamente esa técnica es la de colocar una cerilla encendida flotando sobre un plato con agua. Al colocar un vaso de cristal encima de la cerilla veremos como al consumir el oxígeno la llama se va apagando, a mismo tiempo que el agua “levita” hacia arriba en el vaso, a causa del efecto de “absorción” que provoca el consumo de todo el oxígeno… no hace falta ser alienígena.
En el número 10 de la excelente y pionera revista Mundo Desconocido (marzo 1977) se publicaba en portada una inquietante fotografía. Un cráneo humano con un orificio en la frente, encabezaba el titular ¿Quién disparaba balas en la prehistoria? En páginas centrales, el veterano “padre de la ufologia” Antonio Ribera afirmaba, audazmente, que en el museo catalán de la Moya había descubierto un cráneo humano prehistórico, con un agujero de bala… Ribera, además, comparaba su descubrimiento con otros restos prehistóricos, como el cráneo del hombre de Rhodesia, de Broken Hill, que muestran similares “agujeros de bala”.
Con cierta temeridad, Antonio Ribera se atrevía a reconstruir, según tu teoría absolutamente proextraterrestre, como la nave alienígena habría aterrizado en suelo catalán, hace miles de años, y como los extraterrestres habrían salido de la misma, como antes habrían hecho en Broken Hill, armados con un fusil de caza, disparando contra aquellos primitivos hominidos…
Ribera explicaba el hecho de que el cráneo de la Moya, que quien esto escribe ha tenido en sus manos, como otros cráneos similares, tendría agujero de “entrada” de la bala, pero no orificio de salida. Para explicar esta contrariedad balística Ribera, como muchos otros astroarqueólogos, especulaba con la posibilidad de que el homínido hubiese sobrevivido con el proyectil dentro del cráneo, o bien que los extraterrestres agresores lo hubiesen sometido a una operación quirúrgica extrayendo el proyectil… para no dejar pruebas de su crimen…(¿?)
En realidad orificios idénticos a los de Moya o Broken Hill pueden encontrarse en cualquier “libro de casos” médicos, a causa de perforaciones oseas a causa de dolencias como sinusitis agudas, etc. Lo que explica que no haya orificio de salida, ni proyectil, ni nada parecido.
Antonio José Ales, Manuel Delgado y Antonio Ribera (dep), han sido referentes para los jóvenes aficionados a los misterios del pasado. Y se trata de personas inteligentes por tanto ¿debemos suponer que mentían conscientemente al pretender cosas tan absurdas como los “tornillos extraterrestres”, el “precintado del Serapeum” o los “agujeros de bala” en el pasado?.
Teniendo en cuenta el posible móvil económico, nos tememos que la respuesta podría ser afirmativa. Porque, si nos detenemos solo un momento a reflexionar racionalmente, incluso para alguien que acepte la teoría de que una civilización alienígena, con sofisticados sistemas de navegación astronaútica capaces de superar la velocidad de la luz y viajar por el universo saltándose a la torera todo nuestro conocimiento de la física; incluso para alguien que aceptase que esas tecnologías maravillosas hubiesen visitado la tierra en el pasado… ¿no es absurdo que una tecnología que supera la velocidad de la luz utilice tornillos y escopetas de cartuchos?. Un poquito de por favor…
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