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jueves, 9 de abril de 2020

MANUEL CARBALLAL: EL COLABORADOR MAS ANTIGUO DE LA ROSA DE LOS VIENTOS


Manuel Carballal, responde:

- Manuel ¿Cuál es tu primer contacto con La Rosa de los vientos? Como oyente me imagino… ¿cómo fue aquello?

MC- Absolutamente, yo era uno de los adolescentes que seguía puntualmente y no me perdía un programa. Primero fue Turno de Noche y luego La Rosa de los Vientos. Todavía tengo, de hecho, ahora que estamos con esto del claustro, estoy revolviendo en los archivos y me encuentro programas antiquísimos de Turno de Noche, aquellas charlas magistrales del profesor don Germán de Argumosa que yo transcribía porque no tenía grabadora y entonces tenía que tomar notas a toda leche mientras iban hablando...


Y el primer día que Juan Antonio Cebrián me llamó para participar en el programa, vamos yo flipaba, te puedes imaginar, ¿no? Era como si te llaman los Rolling Stones o ACDC, para hacerles de telonero en un concierto. Yo llegué alucinado. Y encontrarme por primera vez con Cebrián y descubrir su gran secreto, fue traumático. Porque mucha gente, yo creo que todavía hoy, en el año 2020 no sabe que Juan Antonio Cebrián, fue perdiendo la capacidad visual a medida que pasaban los años hasta quedarse ciego. Por eso, el primer día que llegué al programa, siendo un oyente y sin sospechar para nada aquella circunstancia, me encuentro con Cebrián que ya no tenía la capacidad de visión y fue absolutamente traumático.

-Es que lo hacía tan bien que daba igual, ¿verdad? O sea que no era un rasgo que llamase la atención para nada estando detrás de las ondas.

MC - Incluso recuerdo que aquella primera noche que yo llegué a La Rosa de los Vientos, ya como invitado, no solo como oyente, cuando Cebrián sale del estudio, estaba Silvia, estaba Callejo, Canales, Cuesta… y cuando sale Cebrián y me tiende la mano, y yo veo que no me la tiende a mí, sino que la tiende al aire, es cuando empecé a darme cuenta y me digo, ¡hostia, pero si este tío no me ve! y cuando ya estábamos en el estudio, cuando ya empieza la charla, recuerdo que íbamos a hablar de OVNIS, y Cebrián, que me impresionó mucho, lógicamente sin ningún papel, sin ningún guión. Iba haciendo alusión a cosas que yo había publicado antes, todo de memoria, y yo flipaba. Y además se permitía hacer guiños en aquella primera noche, en que además yo hice bastante el ridículo, fui bastante patético en aquella primera intervención, porque no era capaz de asumir, de seguirle el ritmo, porque recuerdo que decía algo como “Bueno Manuel en este artículo que acabas de publicar en la revista Más Allá, en que aparece esta foto de un Ovni y tal…”. Y empezaba a hablar de la foto del OVNI como si la estuviera viendo y no había nada. Costaba un poco al principio… yo entiendo que los veteranos, que Callejo, Canales, Cuesta, Cardeñosa, estaban más habituados a eso, pero a mí la verdad es que me cogió totalmente con la guardia baja, y me dejó noqueado. Ese es mi primer recuerdo de La Rosa de los Vientos, ya como invitado, no como oyente.

- Que bueno, y fue para hablar de OVNIS, dices, ¿en la tertulia de la zona 0?

MC - Si, si, fue… no recuerdo si fue en la tertulia… creo que sí, porque en la tertulia solían invitar a algún “extranjero”, digamos, a alguien ajeno a la tertulia. En aquel momento yo no podía ni imaginarme que con el paso de los años yo me convertiría en una de las 4 “C”. En aquel momento, cuando me llamaron para participar como colaborador en la tertulia fue exclusivamente porque mi apellido empieza por “C”, no por otra cosa.

-¡Seguro! Seguro que fue por eso. Oye Manuel, yo si quería comentar algo que dejó en el tintero Juanjo Sánchez Oro el otro día, y son esas acaloradas discusiones que tenéis en el postpartido… cuéntanos un poco, porque llegáis a las manos e incluso a los pies, según tengo entendido.

MC - No, no, en el pre, en el partido y en el postpartido, o sea, constantemente estamos a la greña, pero porque yo creo que hay una cosa en La Rosa de los Vientos…, hay muchas cosas en La Rosa de los Vientos que no hay en otros programas, esto es un hecho. Y una de ellas es que hay tanta complicidad entre los que hacemos La Rosa, nos conocemos desde hace tantos años… sobre todo en el caso de Miguel Pedrero y yo, o Bruno y yo, que ya es una cosa de juzgado de guardia. Llega un momento en que nos olvidamos de que estamos delante de un micrófono y a veces… Yo en mis redes sociales he llegado a pedir perdón por ese exceso de acaloramiento que en realidad simplemente es un exceso de confianza, cuando nos olvidamos de que estamos delante de un micrófono de un programa de ámbito nacional y nos creemos que estamos en una cafetería. Y entonces sale toda la espontaneidad y toda la confianza. Y empezamos a decir tacos… Yo recuerdo un par de ocasiones en que llegué a tirarle algo, literalmente, a la cabeza a Miguel o a Bruno, lo primero que tenía a mano: un paquete de tabaco, un bolígrafo, un vaso de agua. Literalmente, ¿eh? Pero no porque haya nada de enemistad, no, no, simplemente porque tenemos tanta confianza… O sea, a Bruno o a Miguel, los quiero con locura, los conozco hace mil años, desde que éramos unos críos. Yo creo que conozco a Javier Sierra desde que tenía 15 años, a Bruno desde que tenía, por ahí, 15 o 16 años. Imagínate, es una vida de complicidad. Y a Miguel Pedrero, exactamente igual. Así que, como hay tanta confianza, llega un momento en que se te olvida que estás en un programa y nos volvemos especialmente vehementes a la hora de defender nuestros puntos de vista. Pero creo que eso es enriquecedor, porque si todos pensásemos lo mismo, pues sería: “como tu muy bien dices”. Y no. Nosotros, cuando debatimos, nos acaloramos. Nos volvemos muy efervescentes y decimos exactamente lo que pensamos. Porque nos olvidamos de que estamos en un programa de radio. Y yo creo que es una de las cosas originales. Porque además, cuando acaba el programa, nos podemos ir de cañas. Nos damos un abrazo y eso no afecta para nada a la amistad. No hay ninguna guerra de egos, ni de que nadie quiera tener la razón. Al contrario. Yo muchas veces lo he dicho, que a mí me encanta discutir y debatir con compañeros como Juanjo Sánchez-Oro, o como Josep Guijarro, o como Miguel Pedrero, porque muchas veces me hacen replantearme mis propias convicciones. Me hacen pensar: “joder pues a lo mejor estoy equivocado en lo que yo pienso” y creo que eso es tremendamente sano.

-Yo creo además, Manu, que ese análisis, ese espíritu crítico te lo agradece el oyente. Y luego también que no tratáis a la gente como si fueran gilis. Porque no hay tampoco ese dialogo engolado, esa forma de hablar impostada. Yo creo que eso el radioyente lo agradece enormemente. Son charlas cotidianas muchas veces.


MC - Sí, pero es que además somos conscientes de que… A ver, esto no es desmerecer a nadie. Lógicamente cada programa tiene un perfil de oyente. El programa Equipo de Investigación no tiene el mismo perfil de oyente que Sálvame, El programa Todo es Mentira, de Risto Mejide, no tiene el mismo perfil de oyente que Corazón, Corazón... No es el mismo perfil de oyente el que sigue 13 Televisión que el que sigue La Sexta. O el que lee el ABC, y La Razón, o el que sigue El País, eso es lógico. Creo que con el paso de los años el perfil de oyente de La Rosa de los Vientos está muy definido. Porque La Rosa de los Vientos nunca fue un programa de misterio o al menos nunca fue un programa solo de misterio. Eso es algo que dejó muy claro Cebrián y que luego ha seguido Bruno Cardeñosa. La Rosa es un programa de Historia, es un programa de cultura, es un programa de Cine, en el que hay una parte que es la Zona 0, o que es la Tertulia, o que eran las colaboraciones de Jiménez del Oso o de Germán de Argumosa, que es esa parte del misterio dentro de un programa que se ocupa, en número de minutos, de misterio menos que de otras cosas. Probablemente La Rosa de los Vientos trata más temas relacionados con el espionaje o con la inteligencia o la cultura o la historia, que el misterio. Y eso hace que el perfil de oyente que tenemos sea gente de un arco de edad mayor quizá al de otros programas, más exclusivamente dedicados a las anomalías. Que tiene una formación cultural que muchas veces nos pone en un brete, porque nos corrigen cuando nos equivocamos, cosa que agradecemos mucho. Algo que a mí me parece absolutamente mágico es el hastag #rosavientos en Twitter. Porque comparándolo con otros hastag de otros programas de radio, en el que ves que hay comentarios más… digamos por ser elegantes, desafortunados en estos temas, en los que hay insultos… Cada vez que empieza el programa, los sábados y los domingos, hay mucha actividad. Solemos ser trending-topic durante la emisión del programa. Pero ves que la gente que participa enriquece. No se limita a criticar, a cuestionar, a insultar o a atacar como pasa en muchos otros programas, no. Sino que aporta. Yo alucino con algunos de los habituales en el #rosavientos, con @Naves, @AngelGabay, etc. Que a veces demuestran que saben mucho más que nosotros de los temas que estamos planteando en la tertulia. Y eso a mí me parece un regalo del cielo. Porque así todos aprendemos. No es un programa pasivo, en el que los oyentes escuchan y los que participamos soltamos el rollo. Yo te prometo que aprendo siempre. Cada vez que empieza la tertulia, que es donde yo participo más -a veces también los sábados pero sobretodo en la noche del domingo-, para mí es un curso acelerado. Porque yo aprendo más, recibo más de lo que yo voy a dar en la tertulia. Y eso es un lujazo para cualquier colaborador.

- Oye Manuel, tú ya habías participado algunas veces como invitado para participar de distintos temas y demás, pero cuando llega esa llamada y te dicen: Manuel, ¿quieres participar en la tertulia…? Y además, llegaste y estaban todavía, si no me equivoco, Carlos Canales, y Jesús Callejo, ¿Cómo fue aquello? Cuéntame un poco.

MC - Por eso te decía que creo que me llamaron exclusivamente porque mi apellido empezaba por C. Si me hubiera apellidado Fernández, seguro que no me hubieran llamado a mí. Pero cuando llegué, te confieso que llegaba absolutamente acomplejado y acongojado por no decir una palabra más malsonante. Porque para mí Canales y Callejo, y Cuesta también, después de escucharlos durante años, eran eminencias. Entonces, cuando a mi me sientan en aquella mesa… de hecho es fácil comprobarlo, porque todos los programas de La Rosa de los Vientos, como otros: Espacio en Blanco o los programas de Iker Jiménez, en los que los oyentes son muy leales, todos los programas estás accesibles en cientos de páginas web, en blogs, en canales como Ivoox. Es muy fácil escuchar cualquier programa y cualquiera puede contrastar cualquier cosa que digamos. Y yo en los primeros programas hablaba cuando me lo pedían, porque estaba absolutamente acomplejado de sentarme ante aquellos monstruos que para mi eran eminencias que llevaba escuchando durante años desde mi casa. Y sentarme en aquella mesa era para mí, vamos, muy atemorizante.

-Y además has ido viendo como se han ido incorporando unos, se han ido yendo otros… no sé como se ha ido viendo esto desde una perspectiva en la que te has convertido casi en el veterano.

MC - Bueno, no, de hecho creo que soy el veterano, bueno creo no, digamos que del plantel de la tertulia actual, no solo soy el único cuyo apellido empieza por C, sino que además…

-Bueno y Bruno.

MC -Bueno, Bruno no, claro. Bruno no es contertulio, Bruno es el director… 

-Ahhh, bueno, Bruno no es contertulio claro…

MC -No debería ser contertulio, aunque a veces habla más de la cuenta, no debería ser contertulio, debía ser moderador, pero es verdad que además de eso, de empezar por C mi apellido, es que hoy por hoy, soy el que lleva con diferencia bastantes más años. Creo que llevo más de diez años como contertulio, todos los fines de semana. Después fueron llegando otros compañeros, tanto para la tertulia del fin de semana convencional como para aquello que no se suele recordar mucho, que era el equipo B de la Rosa de los Vientos, que durante el verano, durante las vacaciones de Julio y Agosto, Martín Expósito, se hacía cargo de la dirección y presentación, y había otro equipo de colaboradores, como Elena Merino, o tantos otros que hacían el programa...

-Rafa también…

MC -Evidentemente, ellos son tan compañeros como todos los demás de esta trayectoria histórica, pero es verdad que creo que yo soy el más antiguo de todos. Y era un poco triste, o sea era una alegría cada vez que se iban incorporando nuevos compañeros, como fue el caso de Lorenzo Fernández, que a medida que se iban dando una baja en el programa, porque había otros retos profesionales o porque había otras expectativas o simplemente porque no querían seguir porque… ¿podemos hablar con confianza ahora que no nos oye nadie?

-Claro.

MC -¡Es que aguantar a Bruno es muy complicado, es muy complicado!, jajaja. Entonces, había gente que se iba por otros proyectos y llegaban otros, y yo reconozco que siempre salí ganando, porque cuando llegó Lorenzo Fernández, que era otro compañero de aventuras desde hace mil años… Yo a Lorenzo lo conozco desde que era un crío y Lorenzo para mí era un regalo del cielo, aunque con él ocurre igual que con Bruno o con Miguel Pedrero… llegamos a tener encendidas muy acaloradas. Yo creo que Lorenzo Fernández es el único que en directo, en un programa de radio, me ha mandado literalmente a tomar por culo, jajaja. Es el grado de confianza que teníamos. Pero luego, cuando se fue Lorenzo, llegó Juanjo Sánchez Oro, que yo creo que es uno de los grandes descubrimientos de La Rosa de los Vientos. Porque es un genio. Es una mente privilegiada dentro del mundo de las anomalías. Con una formación cultural… Él es historiador, está doctorándose ahora en Historia, además en Historia relacionada con la iglesia, lo que se agradece mucho porque La Rosa de los Vientos siempre tuvo…, digamos que dentro del programa, la Historia, ya desde los tiempos de Cebrián, fue una de las grandes bazas. Es uno de los temas que más interesa a todos los oyentes y eso si que es bueno, tener a un historiador de cabecera. Creo que al final solo hemos salido ganando con el paso de los años.

(Mikel Navarro) -Manuel peca de modestia, y él dice que llego allí, que había otros que estaban antes haciendo radio, pero es que claro, es que Manuel lleva haciendo radio desde los años 80, que eso no lo dice el pillo de él.

MC - Si bueno, pero en emisoras pequeñas, en cosas locales, salvo una época y por causas de fuerza mayor…

-Bueno, con Miguel (Blanco), ¿no?

MC -Claro pero porque habíamos regresado de uno de nuestros viajes a Haití y además de traernos la maldición del vudú Miguel se pilló un virus allí y estuvo casi 4 meses en el hospital, internado.

-¡Madre mía!

MC - Sí, fue terrible.

-Para que se quejen los de ahora, ¿no?

MC -No, no, ya ves. Y durante aquellos meses, el me pidió… Pasa un poco lo mismo que con La Rosa de los Vientos. Yo soy oyente del Espacio en Blanco desde principios de los años 80, y yo creo que la grabación más antigua que tengo de Espacio en Blanco es del año 83-84. Imagínate, ¿no? Entonces, cuando yo conozco a Miguel Blanco y hay un enamoramiento mutuo digamos, y nos convertimos en grandes amigos y empezamos a viajar y a hacer cosas juntos, al regreso de ese viaje a Haití, cuando a él lo ingresan muy malito en el hospital de la Paz, recuerdo, me pidió que me hiciese cargo yo del programa Espacio en Blanco, y hay una temporada del programa que presentaba yo. Obviamente la peor de todas las temporadas del programa. Pero salvo eso… Y luego ocurrió que nos ofrecieron a Bruno y a mí un programa en Radio Voz, Mundo Misterioso, que también era de cobertura nacional. Pero yo ahí no presentaba, porque yo nunca, estoy harto de repetirlo, yo no me considero un divulgador. Yo soy un investigador. A mí lo que se me da bien es la investigación. Y en aquella época tenía la suerte de poder contar con dos presentadores, que eran Ana Cumplido y Bruno Cardeñosa. Un Bruno Cardeñosa, no el de La Rosa de los Vientos, un Bruno Cardeñosa muy jovencito, yo creo que todavía no le había cambiado la voz. Todavía le salía la voz aflautada, porque aún no había pegado el estirón. Y yo era, vamos figuraba como director, porque a mí siempre me ha gustado más estar sobre el terreno, Estar buscando las historias, grabando los reportajes en Egipto, en Mongolia, en Haití, en Cuba…, que luego se emitían en el programa. Pero quienes hacían la presentación, quienes tenían el peso, eran Bruno Cardeñosa y Ana Cumplido. Así que, yo si he tenido esa relación con la radio, pero tanto radio local en Galicia, cuando empecé allá por el año 84-85, que fue cuando empecé a hacer radio en Radio Cadena Española, que ya no existe. Pero siempre un poco en segundo término. Porque a mí lo que se me da bien es la investigación, no la divulgación.

-Oye Manuel, le pregunté a Juanjo el otro día que como llevaba él, el tema de que cuando estás exponiendo algo, de repente Bruno, claro en su papel de moderador, te corta, te deja con la miel en los labios, con la palabra en la boca y pasa del tema y os quedáis como… ¿Cómo llevas tu eso?

MC -Claro, yo lo entiendo… si por nosotros fuera y además es en eso en lo que Juanjo y yo tenemos un perfil parecido, podríamos estar hablando horas y horas y horas de cualquier tema que nos guste, que nos motive. Puedo decirte además una cifra exacta, porque creo que puedo presumir de ostentar el record Guiness de tertulia ufológica con Josep Guijarro, que estuvimos 44 horas seguidas, sin parar, hablando de OVNIS. Esto no es una coña, ¿eh? Esto es una reunión que iniciamos hace muchos años en Barcelona, en casa de Nacho Cábria, entre ufólogos, y luego terminamos en casa de Próspera Muñoz. Y durante 44 horas seguidas, durante prácticamente dos días y dos noches, intentamos desgranar el fenómeno OVNI sin parar, a medida que iban cayendo Javier Sierra… bueno, y otros de los participantes. Al final solo quedamos Josep y yo después de 44 horas, que se dice pronto. Claro esto es inviable en el mundo de la radio. Y Bruno que sabe mucho más de radio que nosotros. Sabe que tiene que ser ágil, que tiene que mantener la dinámica, que no a todos los oyentes les gusta aguantar un rollazo. Seguramente habrá oyentes que sí, pero como tienes que pensar en todos, Bruno opta por hacerlo ágil y dinámico. Y es verdad que muchas veces nos cabreamos con él porque es como un coitus interruptus, ¿no? Como estar echando un polvo y que te dejen a medias cuando llega lo más interesante, pero cada uno tiene su papel.

-Ciertamente. ¿Cómo sueles decidir los temas para tratar, Manuel, en la tertulia?

MC -Bueno, nosotros no los decidimos. Nosotros, cada semana planteamos… ahora estamos enviando entre 5 y 10 propuestas de distintos temas de actualidad o temas que estemos realizando. Yo hace muy poquito estuve hablando sobre el último trabajo que hice en estos Cuadernos de Campo que estoy realizando, sobre crímenes rituales y ritos criminales. Entonces, si son temas que tú estás realizando en ese momento, obviamente puedes aportar cosas de primera mano porque son las que estás haciendo. Eso se suele valorar. Pero nosotros enviamos entre 5, 10, 12 temas, cada semana. Enviamos nuestras propuestas normalmente el viernes a Silvia y a Bruno, ellos valoran las propuestas que han enviado todos los compañeros para no repetir temas lógicamente y al final de esas propuestas, ellos escogen normalmente 3 o 4 cada semana. Y de ellas salen las que vamos a tratar en la tertulia. A veces dependiendo de cuanto nos enrollemos pues solo entran 2 o solo entran 3, pero más o menos este es el mecanismo. 


Fragmento extraído de la entrevista realizada a Manuel Carballal 
en el programa radiofónico "Luces en el Horizonte". 
Dirigido y presentado por Luis Martínez Vallés.

29 de Marzo de 2020.



2 comentarios:

  1. Te conoceré en persona algún día? Te sigo desde pequeño , eres el purísimo amo

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