Hace 5.300 años, en el período Neolítico, entre los Alpes y el Valle de Ortz, Europa, Murió. En el año 1991 dos alpinistas descubrieron al "hombre de los hielos", que reposa desde 1998 en el Museo Arqueológico del Tirol, en Bolzano, Italia.
Ahora el arqueólogo Johan Reinhard asegura en la edición de febrero de la revista National Geographic que "Oetzi" —como bautizaron a la momia en Bolzano —murió en un "sacrificio ritual" ofrecido a los dioses de las montañas.
El "hombre de los hielos" tenía una flecha clavada en la espalda. Llevaba un hacha en el cinto, flechas en el carcaj y un sombrero de piel de oso. Había estado construyendo un arco de madera de pino, que no logró terminar. En 1991 lo encontraron tendido en una angosta zanja llena de hielo y barro. Era una momia de la Edad de Bronce, que conservaba el pelo completo y los tejidos húmedos.
El año pasado, los científicos descubrieron que "Oetzi" murió cuando una flecha con punta de piedra lo hirió en la espalda, desmintiendo así la idea de un posible cazador perdido y congelado en un paso montañoso. Ahora el arqueólogo Reinhard cree que "Oetzi" no fue un cazador, sino una presa. La víctima de un asesinato ritual ofrecido a los dioses que, según la religión de esos tiempos, vivían en las grutas de los Alpes a 3.000 metros de altura.
"El sitio donde lo encontraron no es una zanja sino un lugar sagrado, este paisaje tenía importancia ritual", dice Reinhard Estudiando las evidencias, Reinhard notó que el "hombre de los hielos" había dejado todas sus cosas cuidadosamente dispuestas sobre una saliente de la montaña. Sólo 2 de sus 14 flechas estaban terminadas, no le servían para defenderse. Nadie robó su hacha de bronce —una herramienta de gran valor para la época— que estaba enterrada junto a él. Además usaba un calzado hecho de hierbas y cuerda de cáñamo, totalmente inadecuado para la montaña. La teoría de Reinhard ya causa polémicas.
El antropólogo austríaco Horst Seidler, miembro de la Universidad de Viena y director del comité científico que investiga a "Oetzi", no cree que haya evidencia alguna sobre el supuesto asesinato ritual. "En realidad, no tenemos la menor idea de por qué lo mataron", admite Seidler.
Seidler opina que Reinhard repite ahora su teoría del sacrificio ritual porque está influenciado por sus propios descubrimientos anteriores en Sudamérica. Recientemente, Reinhard encontró en la Cordillera de los Andes varias momias de niños sacrificados por los Incas.
Pero Reinhard asegura que las evidencias están de su lado. Montaña abajo había sitios más favorables para un asesinato común. Las hojas que se encontraron junto a "Oetzi" indicarían que su muerte fue al final de la primavera o comienzos del verano, no iba a congelarse rápido. El polvo que tenía entre sus ropas indica que alguien lo enterró bajo una capa de tierra y piedras, para que se secara y momificara naturalmente, antes de que los glaciares alpinos lo cubrieran en el invierno. Reinhard destacó que hace más de 2.000 años los antiguos Celtas mataban a flechazos. La caña de la flecha no está en el cuerpo, es improbable que "Oetzi" pudiera arrancársela él mismo. Tenía entre 45 y 50 años, medía 1,65 metros de altura, pesaba 40 kilos y usaba utensilios de cobre, un signo de alto nivel social.
Según Reinhard, "era un artesano del cobre que sacaba el metal de la montaña". Las montañas eran "la fuente del rayo" y una flecha era también algo parecido a un rayo, según los rituales religiosos. Pero el antropólogo Seidler cree que es mejor esperar a tener más evidencias. Un patólogo examinará a "Oetzi", que está congelado a seis grados bajo cero y con 98 por ciento de humedad en el museo de Bolzano.
Seidler opina que los estudios científicos permitirían saber si "Oetzi" murió por pérdidas de sangre; si su costado izquierdo se paralizó por el daño causado por la flecha, y si podría haber huido de sus enemigos hasta morir a la intemperie en la cumbre de la montaña.
"En realidad, no sabemos si este hombre murió horas o días después de haber sido herido por la flecha", dice Seidler. Y agrega: "lo único seguro es que llegó a ese paso de montaña, se acostó sobre un costado de su cuerpo para dormir o para tratar de recuperarse. Y en esa posición, murió congelado".
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